La masa quebrada al horno es una masa ligera e increíblemente deliciosa que literalmente se deshace en la boca. Si le gustan los productos lácteos fermentados y los postres moderadamente dulces, debería probar a hacer esta tarta y disfrutarla.

Medir la harina y añadir la levadura en polvo.

A continuación, añadir el azúcar y rallar la mantequilla con un rallador de bórax.

Añadir las yemas de huevo y amasar hasta obtener una masa suave y elástica.

Divida la base en dos trozos, uno de los cuales debe ser ligeramente más grande que el otro, envuélvalos en film transparente y póngalos a enfriar durante media hora aproximadamente.

Sin perder tiempo, preparar el relleno: en un bol mezclar el yogur, el requesón, la ralladura, la vainilla, la sémola y el azúcar granulado.

Extienda la masa enfriada en una capa flanqueada (una pieza grande) y colóquela en un molde forrado con pergamino; pínchela al azar con las púas de un tenedor.

Untar con la fruta confitada.

Extender la mezcla de requesón y demás ingredientes.

Rallar el resto de la masa directamente sobre el relleno – hornear durante 55 minutos a 180 grados.

Dejar enfriar la apetitosa tarta y sólo entonces abrirla. ¡Buen provecho!